Trump Extiende la Guerra Contra Narcos al Pacífico: EE.UU. Ataca Otra Narcolancha y Eleva a 37 los Muertos

Por Redacción:

Washington, Estados Unidos, 23 de octubre de 2025. La administración de Donald Trump expandió su controvertida campaña militar contra los cárteles de la droga al Pacífico oriental con un nuevo ataque a una supuesta narcolancha frente a la costa de Colombia, matando a tres presuntos narcotraficantes y elevando el saldo mortal de estas operaciones a al menos 37 personas en menos de dos meses. El secretario de Defensa Pete Hegseth anunció el golpe en X, describiéndolo como un “ataque cinético letal” contra una embarcación “conocida por inteligencia como involucrada en contrabando ilícito de narcóticos”, en aguas internacionales dentro del área de responsabilidad del Comando Sur de EE.UU., marcando la octava acción de este tipo y la segunda en el Pacífico en 48 horas.

El incidente, ocurrido el miércoles 22 de octubre cerca de la costa colombiana, siguió a un primer bombardeo en la misma región el martes, que dejó dos muertos. Hegseth compartió un video del dron militar impactando la lancha, mostrando paquetes de droga ardiendo en el mar. “La embarcación transitaba por una ruta conocida de narcotráfico y transportaba cantidades sustanciales de narcóticos”, afirmó el secretario, sin presentar evidencia, en un post que acumuló millones de vistas y críticas por su similitud con tácticas antiterroristas. El objetivo, según fuentes anónimas citadas por CBS News, era una lancha colombiana, no venezolana como en ataques previos en el Caribe.

Estos golpes forman parte de la escalada de Trump contra los “narco-terroristas”, declarados “combatientes ilegales” en un memo de octubre que invoca la misma autoridad legal usada por George W. Bush tras el 11-S. Desde septiembre, EE.UU. ha realizado siete ataques en el Caribe —contra narcosubs y lanchas vinculadas al ELN y cárteles venezolanos—, matando a 34 personas, incluyendo un submarino el 16 de octubre donde dos sobrevivientes fueron repatriados a Ecuador y Colombia. El despliegue incluye destructores con misiles, F-35, un submarino nuclear y 6,500 tropas en el Caribe, más la Operación Viper de la Guardia Costera, que decomisó 100 mil libras de cocaína en el Pacífico hasta el 15 de octubre.

La expansión al Pacífico —ruta principal de cocaína desde Colombia— ha tensado relaciones diplomáticas. El presidente colombiano Gustavo Petro, en disputa con Trump por aranceles y ataques, condenó los golpes: “No sabemos si es ecuatoriana o colombiana, pero matan gente. EE.UU. debe detener estos ataques extrajudiciales”. El Ministerio de Exteriores colombiano exigió cese inmediato, argumentando violaciones al derecho internacional. Ecuador, bajo Daniel Noboa —quien declaró guerra a pandillas—, apoya las acciones. Venezuela, objetivo principal, denunció “terrorismo yanqui”.

Hegseth comparó a los narcotraficantes con Al Qaeda, prometiendo “guerra total”. Trump, en una reunión con el presidente argentino Javier Milei el 14 de octubre, defendió: “Atacamos submarinos y lanchas; son terroristas del narco”. Críticos como Amnistía Internacional cuestionan la legalidad: “Ejecuciones sin juicio violan normas globales”. Analistas de Insight Crime ven en esto una “guerra asimétrica” que podría avivar retaliaciones.

En redes, #NarcoStrikes acumula 300 mil menciones, con memes de “Trump vs. narcosubs” y debates éticos. Para México, ruta clave, el impacto podría aumentar flujos de droga. EE.UU. justifica con decomisos, pero el costo humano —37 muertos— plantea: ¿justicia o escalada? La Casa Blanca promete más; el Pacífico, ahora frente de batalla, tiembla.