13 de agosto: Día de las Personas Zurdas

Por Redacción:

Ciudad de México.- El 13 de agosto se conmemora el Día Internacional de las Personas Zurdas, una jornada para visibilizar cómo es vivir —y estudiar, trabajar o hacer deporte— en un mundo diseñado mayoritariamente para diestros y para celebrar a quienes usan preferentemente la mano izquierda. Sobre el origen de la efeméride conviven dos tradiciones: en Estados Unidos se documenta una primera celebración en 1976, impulsada por Dean R. Campbell; en el Reino Unido, el Left-Handers Club institucionalizó la fecha en 1992 y desde entonces promueve actividades de sensibilización. Ambas líneas sitúan la conmemoración el 13 de agosto cada año.

La pregunta que inevitablemente aparece cada 13 de agosto es cuántas personas son zurdas. Los mejores estimados científicos hablan de alrededor del 10% de la población mundial, con variaciones por país y generación. Un estudio de gran escala —con más de dos millones de personas— ubica la prevalencia en torno a 10.6%, y recuerda que una franja menor (≈1%) se declara ambidiestra.

El día sirve también para desmontar mitos persistentes. Uno de los más repetidos sostiene que “las personas zurdas mueren antes”. La idea cobró fama tras un trabajo de 1991 que sugería una menor esperanza de vida; sin embargo, investigaciones posteriores explicaron que aquella conclusión estaba sesgada por cambios históricos en la forma de declarar la zurdera (durante décadas muchas personas fueron forzadas a escribir con la derecha). La literatura reciente no confirma esa supuesta menor longevidad.

Otro frente habitual de confusiones tiene que ver con el cerebro y las habilidades. La revisión de medio siglo de estudios sobre lateralidad recuerda que, aunque la mayoría de las personas tienen el lenguaje en el hemisferio izquierdo y prefieren la mano derecha, el porqué de ese reparto —y del ~10% de zurdos— sigue sin una explicación única; las simplificaciones sobre “más creativos” o “más inteligentes” no se sostienen como regla general. Lo que sí está claro es que las y los zurdos conviven con un entorno material pensado para diestros: tijeras, abrelatas, cuadernos con espiral, torniquetes, instrumentos y hasta la ergonomía de algunos salones de clase.

En México, la fecha suele aprovecharse para poner el foco en la accesibilidad cotidiana: escuelas que todavía piden “cambiar” de mano al escribir; mobiliario fijo que favorece el brazo derecho; equipos de laboratorio o de taller con controles en posiciones incómodas para la mano izquierda; cajeros, torniquetes o dispositivos de firma electrónica que asumen el uso diestro. La propuesta de especialistas es simple y verificable: adaptaciones razonables (desde tijeras hasta pupitres invertidos), capacitaciones y compras públicas que consideren a la población zurda como un grupo de uso real en los pliegos técnicos.

También hay un costado positivo: vivir en un mundo “pensado para la otra mano” hace que muchas personas zurdas desarrollen mayor flexibilidad al usar la derecha en tareas específicas. Meta-análisis sobre elección de mano describen precisamente esa menor rigidez en el patrón de preferencia, un rasgo práctico en entornos que obligan a alternar herramienta o postura (música, quirófano, deportes de combate).

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