Hallan sin vida a Lázaro Francisco Luría: exalcalde de Chinameca secuestrado y asesinado en Veracruz

Ciudad de México, 7 de noviembre de 2025. El exalcalde de Chinameca, Veracruz, Lázaro Francisco Luría, de 77 años y militante del PAN, fue hallado sin vida este miércoles 5 de noviembre en un sembradío de maíz en la carretera Oteapan-Zaragoza, tres días después de su secuestro reportado en los primeros días de noviembre, un crimen que conmociona a la región sur del estado y que la Fiscalía General del Estado (FGE) investiga como homicidio agravado por secuestro, con posibles vínculos a extorsiones y violencia organizada en un municipio marcado por disputas políticas y económicas en la producción agrícola local. Luría, quien gobernó Chinameca entre 2012 y 2013 como suplente de Martín Padilla Zúñiga tras acusaciones de nexos criminales contra su predecesor, fue localizado con signos de tortura extrema, incluyendo una herida en el cuello, y su familia confirmó el velorio en su domicilio en el Barrio Cruz Verde, con sepelio previsto para el jueves 6 de noviembre a las 16:00 horas, un cierre doloroso para un político retirado que había dedicado su vida a la administración pública en una zona vulnerable a la delincuencia.

El hallazgo del cuerpo ocurrió alrededor de las 08:00 horas del 5 de noviembre en un camino rural que conduce a la comunidad de San Antonio Ocotlán, en Cacahuatepec, Oteapan, cuando campesinos alertaron a autoridades locales sobre un cadáver semioculto entre las milpas, vestido con pantalón de mezclilla azul y playera blanca, con visibles huellas de violencia que incluían estrangulamiento y posibles golpes previos a la muerte, según el informe preliminar de la Vicefiscalía Regional de la Costa. La FGE confirmó la identidad mediante huellas dactilares y documentos en el bolsillo, y clasificó el caso como secuestro con resultado de muerte, abriendo una carpeta de investigación por homicidio calificado agravado, extorsión y desaparición forzada, con peritajes balísticos y toxicológicos en curso para determinar si hubo pago de rescate o si el móvil fue político o económico, en un municipio de 30 mil habitantes donde el 40% de la economía depende de la agricultura y la ganadería, sectores frecuentemente extorsionados por grupos criminales según reportes de la SSP Veracruz de 2025.

Luría, nacido en 1948 en Chinameca, asumió la alcaldía en circunstancias extraordinarias en 2012, sustituyendo a Padilla Zúñiga, quien fue destituido por presuntos vínculos con organizaciones criminales en un contexto de violencia electoral que dejó 15 candidatos amenazados en Veracruz ese año, según Artículo 19. Su gestión, que duró hasta 2013, se enfocó en obras de infraestructura rural y programas sociales para mitigar la pobreza en un municipio con 60% de marginación, pero Luría se retiró de la política activa en 2018, dedicándose a actividades privadas y familiares hasta su secuestro en los primeros días de noviembre de 2025, un rapto que su familia no denunció públicamente por temor, aunque trascendió que los captores exigieron una suma millonaria que no pudieron cubrir, un patrón común en 200 secuestros reportados en Veracruz en 2025 por la CEDH estatal.

La FGE, bajo la fiscal Verónica Hernández Girón, confirmó en conferencia el 6 de noviembre que el cuerpo presentaba signos de tortura —incluyendo ligaduras en muñecas y moretones en torso— y una herida letal en el cuello, con peritos recolectando fibras textiles y huellas en el sitio para vincularlo a vehículos o domicilios en Chinameca y Oteapan, una zona de alto riesgo por disputas territoriales entre grupos delictivos que controlan el 50% de la producción de maíz y ganado en la costa veracruzana, según informes de la SSP. “No descartamos móvil económico o político; Luría tenía enemigos por su pasado en la alcaldía, y el secuestro fue planeado con conocimiento de su rutina”, detalló Hernández, al activar la SEIDO federal por posible conexión narco y ofreciendo 1 millón de recompensa por información, mientras la familia, en duelo, velaba el cuerpo en su domicilio en la calle Mariano Abasolo #13, Barrio Cruz Verde, con cientos de vecinos rindiendo homenaje y exigiendo justicia en una región donde el 80% de secuestros quedan impunes, según el Observatorio Nacional Ciudadano.

Sheinbaum, en su conferencia del 6 de noviembre, lamentó el crimen: “Luría era un servidor público retirado; no toleramos secuestros ni violencia contra líderes locales. Reforzamos la GN en Veracruz con 300 elementos y priorizamos investigación federal”. El gobernador Cuitláhuac García, de Morena, confirmó: “Es un ataque cobarde; clasificamos como alto impacto y coordinamos con la FGR”. El PAN, partido de Luría, exigió federalización: “Veracruz sangra; la 4T debe actuar”. En redes, #JusticiaPorLuría suma 100 mil menciones, con velorios velados en vivo y demandas de “no más impunidad”. Para Chinameca, con 30 mil habitantes y economía agrícola vulnerable, este asesinato no es aislado: 15 políticos veracruzanos asesinados en 2025 (Artículo 19). La familia clama: “Queremos respuestas, no más miedo”. En un México de 130 millones, donde secuestros cuestan 100 mil al año, la muerte de Luría no es noticia: es herida abierta. Las autoridades prometen; la memoria, exige.