UN VESTIDO, UNA HISTORIA: SHEINBAUM Y LAS MUJERES INDÍGENAS
Por Luis Martínez Alcántara
CIUDAD DE MÉXICO.- Claudia Sheinbaum, la primera presidenta de México, no solo marcó un momento histórico con su investidura, sino también con el atuendo que eligió para la ocasión. El vestido que portó en su toma de protesta fue diseñado por la artesana oaxaqueña Claudia Vásquez Aquino, quien creó una pieza que fusiona elegancia y tradición. Bordado a mano y elaborado con una tela de algodón y elastano, el vestido destaca por su color marfil y los más de 100 bordados de flores que decoran la falda y los puños.
Sheinbaum explicó que eligió este vestido para reflejar el orgullo por las tradiciones mexicanas y el arte textil de Oaxaca, un estado con una rica historia cultural. Cada flor fue bordada cuidadosamente con técnicas ancestrales, utilizando ganchillo y aguja, una labor que honra a las comunidades indígenas del país. El diseño del vestido no fue solo una elección de estilo, sino también un tributo a las mujeres artesanas de México, reafirmando su compromiso con la inclusión y la diversidad.
Durante la ceremonia, la presidenta lució este vestido como un símbolo de unidad y paz. El color marfil que eligió ha sido históricamente utilizado por mujeres líderes en todo el mundo, enviando un mensaje de esperanza, conciliación y progreso social. Además, su atuendo resaltó la importancia de preservar las tradiciones culturales mexicanas y dar visibilidad a las comunidades indígenas, que han sido fundamentales en el desarrollo del país.
Claudia Vásquez Aquino, la artesana detrás del vestido, compartió que el proceso de creación fue meticuloso, ya que tuvo libertad para elegir el diseño de las flores y los colores. Aunque no sabía que la prenda sería utilizada por la presidenta, sintió un gran honor al ver su trabajo en un momento tan trascendental para México.