HUNGRÍA PROHÍBE EVENTOS PÚBLICOS LGBTQ+ Y DESATA CONDENA INTERNACIONAL
Por Luis Martínez Alcántara
El Parlamento de Hungría aprobó una enmienda constitucional que prohíbe los eventos públicos organizados por la comunidad LGBTQ+, incluyendo las marchas del Orgullo. La medida, impulsada por el partido Fidesz del primer ministro Viktor Orbán, fue aprobada con 140 votos a favor y 21 en contra.
La enmienda también permite el uso de tecnología de reconocimiento facial para identificar a los asistentes a estos eventos, lo que ha generado preocupaciones sobre la privacidad y los derechos civiles. La nueva legislación define constitucionalmente el género como exclusivamente masculino o femenino, negando el reconocimiento legal a las personas transgénero e intersexuales.
Además, establece que el derecho de los niños al desarrollo moral y físico prevalece sobre otros derechos fundamentales, como la libertad de reunión. Estas disposiciones han sido criticadas por organizaciones de derechos humanos y opositores políticos, quienes las consideran una estrategia para consolidar el poder y suprimir la disidencia.
La reacción internacional no se hizo esperar. Embajadas de la Unión Europea y comisionados de igualdad condenaron la medida, comparándola con políticas autoritarias similares a las implementadas en Rusia. Activistas y ONG han instado a la Comisión Europea a tomar medidas, advirtiendo sobre violaciones sin precedentes a los derechos humanos dentro de la UE.
A pesar de la prohibición, los organizadores del Budapest Pride anunciaron que planean continuar con el evento programado para el 28 de junio, calificando las acciones del gobierno como “fascismo disfrazado de protección infantil”.
La enmienda también incluye disposiciones que permiten al gobierno suspender la ciudadanía de ciudadanos con doble nacionalidad considerados amenazas para la seguridad nacional. Esta medida ha sido vista como un intento de limitar la influencia extranjera y reforzar el control estatal.
En respuesta a la aprobación de la ley, miles de manifestantes se congregaron en Budapest y otras ciudades húngaras, bloqueando calles y puentes en señal de protesta.