UN CAFÉ LE SALVÓ LA VIDA: LA HISTORIA DE ADRIANO ASSIS
Por Luis Martínez Alcántara
CIUDAD DE MÉXICO.- La tragedia aérea ocurrida cerca de São Paulo el pasado viernes ha dejado 61 víctimas mortales y conmocionó a Brasil. Sin embargo, entre la oscuridad de este acontecimiento, emerge la historia de Adriano Assis, un pasajero que, por un simple despiste, salvó su vida.
Assis, residente de Río de Janeiro, perdió el vuelo 2Z2283 de la aerolínea Voepass al confundirse con el horario de embarque mientras tomaba un café en el aeropuerto. Este pequeño error de cálculo le impidió abordar el avión que más tarde se estrellaría en la ciudad de Vinhedo, al sur de Brasil.
El vuelo, que despegó desde Cascavel, Paraná, a las 11:22 de la mañana con destino al Aeropuerto Internacional de Guarulhos en São Paulo, se precipitó sobre una zona residencial, dejando a toda la nación en luto. Según datos de Flightradar24, la aeronave perdió 3,300 metros de altitud en solo un minuto y el tiempo transcurrido desde que se detectó un problema hasta los últimos datos recibidos fue de apenas 89 segundos.
Assis, al llegar tarde a la puerta de embarque, se enfrentó a la negativa del personal de la aerolínea de permitirle abordar, lo que, aunque inicialmente le frustró, terminó salvándole la vida.
En declaraciones a la televisora TV Globo, Assis relató cómo discutió con el empleado que le negó el acceso al avión. “Me quedé tomando mi café y no me di cuenta de la hora. Cuando llegué a la puerta, ya no me dejaron subir al avión. Discutí con el empleado, pero él simplemente hizo su trabajo y no me permitió entrar. Esa decisión me salvó la vida”, expresó aún conmovido por lo sucedido.
La aerolínea Voepass, tras corregir la lista de pasajeros, confirmó que en lugar de 62 personas, como inicialmente se reportó, solo 61 estaban a bordo, ya que Assis no había subido al avión.
El accidente llevó a las autoridades a investigar las causas de la tragedia, mientras Assis reflexionó sobre la segunda oportunidad que la vida le dio. “Aún no puedo creer lo que ocurrió. Es difícil asimilar que, de no haber sido por un café, hoy no estaría aquí”, confesó Assis, visiblemente afectado.